Una experiencia de checkout representa uno de los funnels de conversión más comunes y es un elemento básico para que todo e-commerce pueda incrementar su cantidad de ventas. En este artículo, ¡veremos algunos consejos prácticos para su optimización!
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Probablemente no necesite presentación, pero aquí va para que estemos todos en la misma sintonía 👇🏼
Un flujo de checkout representa el proceso donde un usuario realiza el pago de un producto o servicio en determinada plataforma digital.
Es una pieza fundamental en todo e-commerce ya que le da su razón de ser: habilita la posibilidad de que un cliente adquiera un bien.
Todos nosotros hemos pasado por esta experiencia incontables veces.
Y no en todas hemos llegado hasta su fin: hubo momentos donde decidimos simplemente echarnos para atrás y no volver más.
Si trabajas en un e-commerce o en algún producto que tenga un flujo de compra digital (checkout) entenderás bien lo problemático que puede ser tener cientos de personas abandonando tu plataforma en un momento clave, incluso luego de haber seleccionado un producto y haberlo agregado al carrito,
Optimizar el flujo de checkout en un e-commerce no es una tarea aislado, sino una actividad recurrente.
Cada fricción eliminada y cada paso simplificado se traduce en una mejor experiencia de usuario, y en última instancia, un incremento en el ticket promedio y la cantidad de ventas.
Ahora bien, vamos con la pregunta fundamental:
Esencialmente, la mayoría de los productos con checkout fallan porque no entienden a fondo el comportamiento del usuario durante este proceso.
No saber con precisión qué aspecto les preocupa.
Dónde están sus mayores dudas.
Qué los distrae.
Qué les da pereza.
Cuál es su motivación real.
Tus usuarios abandonan tu checkout porque la recompensa de adquirir un producto es inferior al costo que representa adquirirlo (tanto económico como de tiempo, esfuerzo y cognitivo).
La decisión de abandono de un checkout no se reduce únicamente a la relación precio-costo monetario.
Veamos ahora algunos consejos para optimizar tu checkout 👇🏼
No todas las deserciones son iguales.
Algunos usuarios se van porque el proceso es tedioso (se solicitan muchos datos).
Otros porque encuentran un costo inesperado (por ejemplo, impuestos).
Y otros porque simplemente dejan de confiar en el vendedor.
Usar herramientas como Amplitude Analytics te permitirá trazar cada paso del embudo de conversión y detecta los micro-momentos donde se producen las fugas.
El análisis de funnels es muy bueno para esto ya que permite ver donde están las mayores caídas de usuarios.
Por otro lado, herramientas como Hotjar te permiten ver grabaciones de sesiones, para entender mejor así el comportamiento real de los usuarios (más allá de lo que digan los números duros).
Se conoce como “fricción” a todo aquello que demande un esfuerzo adicional al usuario en relación con lo que él/ella espera.
Por ejemplo, el simple hecho de pedir "Confirmar email" puede generar bastante fricción e incrementar la tasa de abandono del checkout.
Formularios extensos, medios de pago limitados o la necesidad de crear una cuenta también son casos comunes de fricción en el proceso.
Para mejorar en este punto, puedes revisar cada campo del formulario (datos personales, datos de envío, pagos) y pregúntate: "¿Esto es absolutamente necesario para permitir la compra?".
Por otro lado, puedes usar también el autocompletado, validar datos en tiempo real (sin necesidad de llevar al usuario a otro lado) y eliminar cualquier campo redundante.
Una práctica oscura de UX a la que algunos flujos de checkout recurren consiste en posponer la visibilidad completa de los costos al cliente al último paso del flujo (justo antes de confirmar el pago).
Si bien esto puede hacer que más usuarios inicien el flujo de checkout, tentados por el competitivo precio, en última instancia esta práctica lleva a una sorpresa desagradable por parte de los usuarios cuando ven que, al final del proceso, cargos “escondidos” como impuestos, envíos, entre otros.
¿Mi consejo en este punto? → sé transparente desde el principio.
Muestra los costos totales en la propia página del producto o servicio por contratar, o al comienzo del proceso de checkout.
Si tu preocupación es la cantidad de usuarios que ingresan al checkout, hay otras maneras de fomentar este comportamiento sin la necesidad de esconder costos.
Por último, si hay costos que no puedes saber con certeza (como costos de envío), podés ofrecer la posibilidad de estimarlos al ingresar un código postal o sino, si es complejo de calcular con exactitud (como impuestos), aclarar que gastos adicionales pueden aplicar.
En 2025, lo más probable es que tu compra se concrete desde un dispositivo móvil.
Por lo tanto, al diseñar desde cero una experiencia de checkout, es fundamental que lo hagas considerando la pantalla chica como primer alternativa.
Asegúrate que los componentes se adapten bien a cada tamaño de pantalla y que la información clave esté igualmente accesible.
Por otro lado, tampoco descuides el rendimiento técnico del checkout ya que esto impacta en la confianza de un usuario.
Nadie quiere comprar en un lugar donde el proceso de conversión sea lento, las imagenes tarden en cargar, sea difíficil de usar y poco intuitivo.
Simplemente, da desconfianza dejar los datos de tu tarjeta ahí.
Recuerda: la confianza y la conveniencia en la compra es fundamental.
Cuánto menos opciones de pago ofrezcas, menos oportunidades de ventas tendrás.
Es así de simple.
En principio, comienza con ofrecer múltiples métodos de pago, especialmente: tarjetas de crédito, débito y alguna forma de pago en efectivo (ya sea directo al vendedor o mediante una red de cobranza) y/o pago por transferencia.
También puedes apalancarte con pasarelas de pago que gozan de gran credibilidad como MercadoPago, PayPal, Apple Pay, Google Play, etc.
Incluso, dependiendo tu público objetivo, puedes ofrecer pago con crypto.
Más allá de la cantidad de medios de pago, si tu negocio es internacional, también debes ofrecer un método de pago que incluya distintas geografías.
Stripe es particularmente muy bueno en esto.
Por último, aunque sea obvio es importante aclararlo: asegúrate de que la integración funcione perfectamente.
Cualquier error en el pago es prácticamente una oportunidad perdida.
Un punto de fuga o distracción es aquel elemento de la interfaz con él que un usuario puede perder la atención y dejar el checkout.
Un ejemplo de esto puede ser la barra de navegación superior en un e-commerce.
Si bien puede ser funcional para facilitar el desplazamiento de un usuario en tu web, puede ser contraproducente en un flujo de checkout debido a que estamos presentando la oportunidad que navegue a otra página cuando lo único que importa en ese momento es que complete la compra.
Una de las claves para reducir la deserción de un checkout es reducir las distracciones.
Eliminar los enlaces que lleven a lugares donde el usuario no necesita ir.
Eliminar elementos visuales que distraen al usuario y le hacen perder tiempo.
Eliminar opciones de navegación que no agregan valor al proceso.
Trata a tu checkout como una isla aislada donde nada más allá de la venta importe.
Comprar un producto es, en cierta medida, un acto de confianza.
Yo, como comprador, confío en qué el vendedor va a cumplir con su promesa de entrega.
Y, que el producto o servicio ofrecido, va a estar a la altura de mis expectativas.
Uno de los grandes errores que muchos e-commerce y productos con flujos de checkout tienen es dar por sentado que el usuario ya confío en ellos.
La confianza se debe ganar, ante todo.
Especialmente cuánto mayor sea el valor de la compra que se está por hacer.
Un checkout puede construir confianza e incrementar su tasa de conversión con iniciativas como:
📌 Incluir políticas de devolución y reembolso clave.
📌 Mostrar testimonios de clientes felices.
📌 Cumplir con estándares de seguridad en el procesamiento de pagos.
📌 Trabajar la confianza y motivar al usuario a partir del microcopy, texto inteligentemente ubicado que facilita la conversión al conectar directamente con lo que siente el usuario.
En definitiva, los usuarios deben sentir que su información está segura y que pueden confiar en vos.
Optimizar un flujo de checkout no se trata solo de eliminar pasos, sino de entender profundamente el comportamiento de compra de tus usuarios y poder diseñar en consecuencia.
Diseñar un mejor flujo de checkout puede implicar:
📌 Identificar razones de abandono.
📌 Eliminar fricciones en cada paso
📌 Reducir los costos ocultos.
📌 No descuidar el rendimiento y adaptar el flujo a cada pantalla.
📌 Ofrecer variedad de métodos de pago.
📌 Reduce las distracciones y puntos de fuga.
📌 Construir confianza en cada paso.
En caso de hacerlo satisfactoriamente, sin duda tendrá un gran resultado en tu tasa de conversión, y por lo tanto, en las ventas.
La clave está en medir, probar y ajustar continuamente.
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